28 de mayo de 2009

Homenajes

Imagino que habrán sido miles los actos que, en todo el mundo, han rendido homenaje a Mario Benedetti con motivo de su fallecimiento. No me cuesta trabajo figurármelos. He tenido ocasión de conocer de cerca dos de ellos y puedo entonces deducir los rasgos de los demás.

Ayer, jueves, en la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, donde trabajo, un grupo de alumnos y alumnas de Educación Social tomó la iniciativa de rotular una sala de la biblioteca de la Facultad con el nombre de Mario Benedetti. En principio, sus pretensiones eran más bien modestas: dar testimonio de admiración pegando una cartela con su nombre en uno de los rincones donde se acomodan los estudiantes a hacer consultas o a preparar exámenes. Pero finalmente, y pues había posibilidades, decidieron colocar la improvisada placa de cartón en la puerta de acceso a la propia biblioteca.


Aun cuando era el gesto lo que importaba, no quisieron restarle solemnidad a la inauguración (una solemnidad un poco burlona), para lo cual prepararon la cortina reglamentaria (de un color acorde con el poeta y el acto), que descorrieron como corresponde.

Y también como corresponde se leyeron poemas en recuerdo del poeta uruguayo.

La celebración continuó luego en la entrada de la Facultad. Allí se siguió leyendo poesía y cantando canciones con los poemas de Mario Benedetti.

Estoy seguro de que ese homenaje no fue muy diferente a los que se le han hecho en otros cientos de lugares, pero para mí tuvo un significado especial, no sólo por el hecho de que los promotores fueran estudiantes que me son cercanos, sino por ocurrir en una facultad universitaria donde se forman futuros maestros, pedagogos y educadores sociales, y asimismo por la iniciativa de ligar el nombre del Mario Benedetti a una biblioteca, es decir, a un lugar de libros, de lectura, de estudio. Se daba a entender que el compromiso civil y político, que para muchos de los participantes de ayer tan claramente simbolizaba Mario Benedetti, se afianza en las bibliotecas y en la formación intelectual. Ese razonamiento es un motivo de alegría y de esperanza.

Como lo es igualmente el conocimiento de los muchos elogios hechos en las aulas, los poemas colocados en los pasillos o las lecturas realizadas en las bibliotecas de tantos centros escolares de todo el mundo. Admiro en estos casos la voluntad y el esfuerzo de los profesores y las profesoras que consideran importante que la memoria de sus alumnos se pueble con las palabras vivas de los poetas. En representación de todos los colegios e institutos donde la voz de Mario Benedetti ha resonado estos días con emoción y reconocimiento escojo la imagen de un modesto tablón de homenaje colocado junto a la biblioteca del IES Ilíberis de Atarfe, Granada.

Son iniciativas así las que enaltecen el acto de aprender y enseñar.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Unicamente quería aclarar algunas equivocaciones que leo respecto al acto. Fue totalmente planeado desde su preparación hasta su culminación, tanto la placa y su hubicaión como la publicidad los panfletos y los poemas distribuidos. Se inició como respuesta al nombramiento de un aula en honor a Matias Prats, debiendo tener esto mayor relevancia, decidiendo mostrar que el alumnado tiene mejor criterio para elegir a quien dirigir un homenaje que quienes habitan despachos aislados del entorno estudiantil. Se eligió a Mario Benedetti puesto que coincidía con su recien fallecimiento y es un autor y actor social que simboliza para muchas la utopía por la que luchamos y en la que creemos. Lo único espontaneo que hubo en el acto fue la lectura de poemas y las emociones que allí brotaron y compartimos.

Antonio Martínez dijo...

Tras escucharle el pasado sábado en Salamanca quisiera agradecerle su optimismo y su emoción (las ideas y su profesionalidad ya le habían precedido)
Un saludo desde Galicia y desde los blogs:
Biblioafonso
http://biblioafonso.blogspot.com/
Iniciarte
http://artenoafonsox.blogspot.com/

Juan Mata dijo...

He vuelto a leer la entrada, anónimo lector, y, la verdad, no creo haber dado la idea de que el acto de homenaje a Mario Benedetti fuera ni espontáneo ni carente de significado social. Todo lo contrario. Pero cada lector es libre de hacer su personal interpretación.

Con respecto a la utilización del nombre de Mario Benedetti como protesta contra la rotulación de un aula con el nombre de Matías Prats, padre, me pareció mucho más respetuoso ignorar el dato. Mario Benedetti, a mi juicio, no merece ser usado como ariete contra nadie. Al no destacar esa información consideraba que se enaltecía aún más a Mario Benedetti. Máxime cuando estas entradas pueden leerlas personas de países en los que el nombre de Matías Prats es absolutamente irrelevante. Pero veo que me equivoqué. Creía además que la elección de Benedetti se había elegido por motivos de mayor altura que la simple 'coincidencia' de su fallecimiento. Llego, pues, a la conclusión de que para algunos participantes es más importante dejar claro contra quién se hacia el acto que destacar a quién se homenajeaba. Pido disculpas por la omisión de un dato, al parecer, tan importante.

Juan Mata dijo...

Estimado Antonio, puede figurarse la alegría que supone regresar a casa y encontrarme con sus palabras. Como comprenderá, es el mejor regalo que uno puede recibir. No siempre podemos calibrar el efecto exacto de lo que decimos, aun cuando se hable con el corazón en la mano. Por eso, escuchar un eco tan feliz de las palabras que pronuncié es una satisfacción enorme. Muchas gracias por reenviarme algo de la emoción que quise transmitirles.

Su comentario me ha permitido además conocer los blogs del IES Afonso X O Sabio, cuya biblioteca posee un nombre tan encantador y significativo. Felicitaciones. Estaré atento a lo que en ellos se escriba.

Le agradezco de nuevo su deferencia.