17 de junio de 2008

Palabras pintadas

Desde hace unos días, las escaleras de acceso a la Facultad donde trabajo están adornadas con palabras que tratan de recordarnos el lugar al que llegamos. Han sido inscritas por manos anónimas, previsiblemente de alumnos descontentos o utópicos, o ambas cosas a la par, que han querido señalar lo fundamental, lo que con tanta facilidad se olvida sin embargo. Ahora nos vemos obligados a ingresar en la Facultad tras ascender por los sueños, el humor, la ilusión, el respeto, la cooperación, la igualdad, el llanto, la libertad, la lectura... Nadie se libra de esa advertencia, salvo quien expresamente opte por utilizar escaleras laterales a fin de no sentirse interpelado. Pocas veces unas pocas palabras han condensado tan fielmente los ideales de cualquier programa educativo, de cualquier estudiante o profesor que trabaje en el interior de ese recinto. ¿Son una celebración o una reclamación? ¿Ensalzan lo aprendido o señalan lo que echan en falta? No lo sé. Quizá no importe demasiado saberlo. En cualquier caso, me gustaría que no las borraran, que cuando se destiñan se vuelvan a reescribir. Quién sabe. Quizá una acción furtiva haya dado con la decoración apropiada para ese recinto.

Imagino que habrá sido la casualidad, pues no creo que los autores de las pintadas hicieran un estudio previo de los peldaños y la secuencia lingüística, pero la realidad es que la palabra LEER, que figura en lugar preeminente, casi en la cúspide, está rodeada de otras que le otorgan pleno sentido: disfrutar, empatía, vivir, alegría, igualdad, despertar. Qué exacta descripción. Y en los aledaños podemos encontrar aún vocablos asimilables: altruismo, amor, llorar, comprender, crear, aprender... Que la lectura aparezca como un acto incuestionable, como parte evidente de cualquier catálogo de sueños y sentimientos, me conmueve y me afirma en la esperanza.

15 comentarios:

José Manuel Vez dijo...

Echo en falta la palabra DIFERENCIA. Es cierto que hay IGUALDAD, pero ¿qué igualdad podemos esperar hoy que no sea la de la unidad en la diferencia?

Juan Mata dijo...

Comparto tu observación, José Manuel. En las escaleras aludidas, aunque en la imagen incluida en la entrada únicamente aparece "...dad", los autores de las pintadas incluyeron la palabra DIVERSIDAD. Pienso que tenían en mente la idea que defiendes. Es cierto que la igualdad, que durante más de un siglo ha sostenido el sueño de la educación pública, debe amistarse ahora con la diferencia o la diversidad. Hacer posible esa nueva confraternidad es uno de los grandes desafíos pedagógicos del presente siglo.

Blanca De Uña Martín dijo...

Hola :D como no me cabía todo lo que quería decir al respecto, lo he tenido que poner en mi blog jaja qué desastre.
Es un algo así como tabú, lo de las pintadas. Entre profesores y alumnos, todos dicen: hay que ver, qué macarras... He de decir que he tenido una asignatura en donde teníamos que elaborar una instalación artística. Y se me pasó por la cabeza algo parecido pero al revés, pero con la misma intención que lo que han conseguido poniendo estas palabras.

Bueno, los escalones iluminen las bombillas de quienes necesitan adaptarse a los tiempos actuales.

¡Un abrazo!

Blanca De Uña Martín dijo...

Por cierto, espero que no te moleste que te añada a mi estantería, Juan.

Juan Mata dijo...

Sí, Escarcha, suele pasar que en vez de pensar en el significado de los actos intranquilicen más las formas o las consecuencias. ¿El gesto de inscribir esas palabras en las escaleras es una gamberrada o una llamada de atención? La conciencia de cada cual juzgará si ensucian o realzan el recinto. Para mí es una señal de la disconformidad y las aspiraciones de algunos estudiantes. Y eso, lejos de desagradarme, me complace.

Blanca De Uña Martín dijo...

Es que es eso, desde siempre se nos dice que hay cosas que no se deben de hacer, como pintar las paredes ajenas... pero me da que hay situaciones en que transgredir (o sea, "quebrantar, violar un precepto, una ley o un estatuto") es necesario. Claro, siempre y cuando se trate de liberar y de un bien común. Lo que sí es verdad es que, para hacer lo que han hecho, hay que tener las cosas muy claras. Son unos valientes. Un beso.

Anónimo dijo...

No puedo evitar sonreir cada vez que leo uno de estos comentarios...
La primera vez que leí la entrada de "Palabras pintadas" pensé qué era muy curioso no sólo el hecho de las pintadas, sino también que se sintiese conforme o encantado uno de los docentes. Luego pensé que habría pasado en la universidad en la que curso mis últimas asignaturas: "Esas letras no habrían llegado a salir de la clandestinidad... las máquinas de agua a presión o chorro de arena habrían acabado con ellas antes de que nadie,absolutamente nadie, pudiese haberlas visto. Sobre todo en la zona gris, de frio hormigón en la que nos formamos los futuros técnicos, ingenieros o arquitectos"

Una "pintada" a conciencia, más allà de la estética del entorno.

Juan Mata dijo...

Clareta, lo que por encima de todo me interesa de esas pintadas es el sentimiento que movió a hacerlas. Preferiré siempre alumnos disconformes y contestatarios, aunque incomoden a veces, a alumnos sumisos e indiferentes. ¿No es acaso ese disentimiento lo que se espera que fomente una Facultad de Ciencias de la Educación? Lo preocupante sería que "esa zona gris, de frío hormigón" de la que hablas acabase determinando la arquitectura de la mente.

Blanca De Uña Martín dijo...

Uff, qué alivio...

Eloy Garavís dijo...

Descubro este blog a través del otro magnífico "darle a la lengua" de D. Felipe Zayas y de esta foto. Me parece que esto es lo que debería ocurrir no sólo en las Facultades de Educación, sino en muchos institutos de ESO. Yo, por la parte que me toca, hubiera encontrado de lo más apropiado algo así en el centro que trabajo, pero creo que hubiera resultado imposible. Nos preocupamos demasiado de la disciplina y poco de la verdadera educación. El grafiti es más antiguo que el comer, pero hoy rara vez se encuentra alguno tan apropiado y tan subversivo a la vez. Mis respetos para los anónimos autores.
Con permiso, me voy a permitir reproducir la foto y citar este buen blog.
Salud.

Juan Mata dijo...

Sí, Eloy, a menudo son los actos subversivos los que nos recuerdan lo elemental. Quiero pensar que algunos profesores se sentirían felices dedicando sus clases a comentar cada una de las palabras de ese condesado catálogo distribuido en los peldaños de la escalera de acceso a la Facultad. Estoy seguro de que para los alumnos sería una experiencia inolvidable. ¿Imagina lo que significaría llegar a clase y anunciar: "Hoy voy a hablar sobre el humor... sobre el respeto... sobre el llanto... sobre la imaginación..."? Merecería la pena intentarlo.

Le agradezco de veras el comentario, el interés y la reproducción de la fotografía.

Anónimo dijo...

¡Vaya pedazo de ABCdario! Interesante para se leído, comentado y trabajado (e incluso, completado, si falta alguna inicial...). Suscribo la interpretación que Juan hace a lo largo de este curioso diálogo y celebro, una vez más, que se hayan inventado los blogs...
Mariano

Juan Mata dijo...

Sí, Mariano, es un ABCdario que muy bien podría haberse hecho en vuestro colegio. A lo mejor alguno de los alumnos que lo pintaron en las escaleras te escuchó cuando hablaste en la facultad. Me gusta pensarlo.

Eloy Garavís dijo...

Vuelvo a esta foto después de casi 4 años. Hoy resulta más elocuente, si cabe, por los recortes que nos atenazan y la Educación Pública en entredicho. Recopio, recito y reenlazo, ahora en el twitter @yoepublica, asociación a la que pertenezco y a la que le invito.
Un saludo.

Sebas dijo...

Hoy, por casualidad, mi Facebook me ha traído esta referencia. Como la botella con mensaje que recupera un naufrago, me he afanado en seguir su pista hasta llegar a tu blog, querido amigo.

Qué gran imagen. Qué alegría volver a ver estas escaleras por las que tantas veces he subido servir de reflexión e inspiración. Qué alegría saber que un gran amigo, Juan Mata, sigue retratando palabras y personas que son modelo a miles de maestr@s. Y estos, no lo dudéis serán la luz para otros muchos.

Un gran abrazo de Sebas y María.