5 de enero de 2011

Mal comienzo

Supongo que no es un buen augurio que la primera entrada del año 2011 esté dominada por un sentimiento de rabia y de humillación, que, como una pegajosa telaraña, arrastro del año precedente. Pero para qué ocultar la realidad. Los amistosos deseos de paz y felicidad no me hacen olvidar que la bribonería sigue impune, que la corrupción campa a sus anchas, que la miseria no cesa, que la zafiedad continúa infectando a la sociedad, que el fanatismo se renueva día a día, que la estupidez goza de mayor aceptación que la afabilidad o la modestia. No puedo evitar pensar que una infame alianza de codicia, violencia, mentira y desfachatez se ha adueñado del mundo y que los ciudadanos han aceptado ese estado de cosas con una mezcla somnífera de abatimiento, fatalismo y sumisión.

Ya acabé el año indignado por la desaparición de CNN+, uno de los canales de televisión españoles que me serenaba por las noches y me afirmaba la confianza que aún mantengo en el valor del periodismo crítico y veraz y en la virtud de las palabras razonadas (y no escupidas o gritadas como sucede a menudo en las tertulias radiofónicas o televisivas). Lo que más me humilló es que ese canal fuera inmediatamente sustituido por uno de los programas más degradantes de la televisión de mi país, ese engendro denominado Gran Hermano 24 horas (ya saben, un conjunto de tarados y exhibicionistas encerrados en una casa y observados sin interrupción por decenas de cámaras para deleite de millones de telespectadores). Fue un símbolo inequívoco, ofensivo, de las hipocresías e inmoralidades que suceden en España.

Y he recibido el año con las nuevas cifras del paro laboral en mi país. ¡Más de cuatro millones de personas sin empleo! Una quinta parte de los ciudadanos en edad de trabajar! ¿Cómo se puede asumir eso? ¿Cómo soportar los testimonios diarios de personas que buscan trabajo y no lo encuentran o son despedidas inesperadamente de empleos ya de por sí miserables? Miro a mi alrededor y qué veo: una izquierda política deshilachada y desorientada, una socialdemocracia acobardada y cómplice, una derecha con mirada de buitre y sonrisa de hiena.

Y ya en el terreno de los afectos particulares y para colmo recibí ayer el último número de la revista Bloc. Último por ser el más reciente y último porque no habrá ninguno más. Una de las iniciativas mejor concebidas y más exquisitamente elaboradas en Europa en torno a los libros ilustrados se acaba. Basta observar y leer ese postrer número dedicado a los juguetes y a su presencia en los álbumes infantiles para lamentar vivamente su desaparición. Cada uno de los monográficos anteriores ha ofrecido el conocimiento y la belleza que pedimos a revistas de este tipo. No son habituales
las informaciones y entrevistas que la han caracterizado ni la delicada conjunción de texto e imágenes que la componían (como en el tipo de libros a los que rinden homenaje). Estaba editada además en castellano y en inglés. ¿Cómo es posible entonces que únicamente se hayan publicado 6 números? ¿Cómo aceptar que una empresa de este tipo no tenga porvenir en España? ¿Cómo admitir que no ha habido voluntad de apoyo por parte de los cientos de departamentos universitarios, escritores, ilustradores, lectores... que hay en mi país? Sinceramente, no sé qué responder.


Pido disculpas por el lenguaje de hoy. Ya sé que no son formas de comenzar el año, pero qué puedo hacer. Me parecía más honesto no ocultar mi verdadero estado de ánimo.

10 comentarios:

Lunatrix dijo...

Hola Juan: cada uno empieza el año como buenamente puede, y está muy bien, pero que muy bien, que escribas sobre esto, tú que te expresas con tanta claridad y elegancia. Yo desde el extranjero cada vez que pienso en lo que pasa allende los mares me desespero, se me entremezclan las ideas, se me emborrona el pensamiento y acabo por repetir esas famosas palabras: me duele España. Y mucho.

Lo peor es que, como bien dices, la clase política no da lugar alguno a la esperanza. Pero quién sabe: quizás el 2011 nos traiga sorpresas agradables. Caras nuevas, ideas innovadoras, puede ser que incluso la esperanza que hoy parece faltarnos a todos y todas los que ansiamos un cambio en la dirección correcta.

Un abrazo muy fuerte y mis mejores deseos para el año nuevo! L.

Chus ProfedeLengua dijo...

Sin duda no es un buen comienzo porque a una sociedad atontada y adormecida no le gusta que la molesten obligándola a mirarse en el espejo. ¡Ya están ahí los aguafiestas amargados fastidiándonos la bacanal navideña! Langostinos y tele, ¿se puede desear más?, ¿qué más da quién gobierne mientras los accesos al Carrefour sean cómodos?
¡Ay, amigo, estamos en manos de la burricie más absoluta y lo malo es que esto no parece que vaya a mejorar. Solo un cataclismo nos podrá cambiar. Mira si soy yo pesimista. Ayer, en la Cabalgata, los que se peleaban encarnizadamente para conseguir los caramelos, ¡eran los padres!
Por cierto, he entrado en el enlace de la revista bloc y en el primer número leí el comienzo de un artículo de Eliacer Cansinos que me encantó. Gracias por darlo a conocer.
Tus palabras harán reflexionar a muchos y eso es lo importante.
Un saludo... y Feliz Año.

estrella polar dijo...

Querido Juan: tu dolor y tu indignación es compatida plenamente por mi. Tambien me encuentro rodeada de toda esta sombra pastosa que nos quieren hacer tragar como " la normalidad de las leyes de mercado". La verdad sin valor, la dignidad de los ciudadanos desaparecida... No sé cómo consolarte ni consolarme. Mejor callar y usar el cuerpo como verdad última: recibe el abrazo más fuerte de que soy capaz...Me gustaria que un poco de polvo de estrellas te hiciera serenarte... Seguiremos manteniendonos "Si hay que elegir entre lo cómodo y la justicia.." -Dumbledore en El caliz de fuego" dixit- eligiremos la justicia, y seguiremos en pié dando testimonio. Recibe todo mi cariño y gracias por alzar tu voz.

Anónimo dijo...

Ahhhh a mi también me duele como comienza el año en mi país...la violencia ha estallado como nunca y los ciudadanos nos vemos con nuestras calles secuestradas. Es terrible. Pero por esa misma razón, hay que seguir leyendo, impulsando a que las personas vayan más allá de lo que los medios de comunicación dictan como valioso, precioso, insustituible, indispensable. Hay que nadar contra la corriente, pero no importa. Podemos indignarnos, pero no rendirnos.
Mis deseos para tí son que el 2011 traiga de nuevo la esperanza de que el cambio comienza con uno, y que traiga también para tí paz, prosperidad, salud y amor.
Un abrazo,
Ale

Pablo Valdivia dijo...

Querido Juan:

Desafortunadamente España hace mucho tiempo que sufre un proceso de "italianización" imparable. Los que vivimos fuera lo vemos presente desde en la forma de comportarse de la gente pasando por la televisión y terminando hasta en la forma de vestir. Italia está en el sumidero de los países de segunda fila (salvada económicamente por el Norte industrial lo que está encaminando el país a la desarticulación). España va por el camino de nunca dejar de ser el camarero de Europa. El problema de España es en un 80% cultural. Hay países que se articulan en torno a un discurso de clase (Inglaterra), o en torno a un discurso de defensa de lo público (con todo lo bueno y malo que acarrea, caso Wilders en Holanda). Sin embargo España se articula en torno al discurso de cómo obtener ventaja del sistema público. Tan sólo un pequeño dato muy ilustrativo: en fin de año nos reunimos unos amigos y de cada diez personas nos dimos cuenta que ocho hacía, como mínimo, más de cinco años que ya no residíamos en España. A veces un país tiene lo que siembra. En mi opinión España ha colaborado enérgicamente a estar donde está.

Feliz Año para ti y para Andrea.

Abrazos

Jesús Amaya dijo...

Juan, cómo expresarte que la misma indignación que te embarga, esa ".. mezcla somnífera de abatimiento, fatalismo y sumisión..." está también cada día más presente, "como haciéndose cuerpo" en el mundo de la escuela.
Al leerte, siempre me vienen la memoria las palabras de Antonio Machado "Sed buenos y no más, sed lo que he sido entre vosotros: alma."Gracias Juan, amigo del alma, por tu claridad y honradez con la palabra. El problema de fondo de todo el "asunto" es la deficiencia cultural de nuestro país. Yo espero que algún día-lo veo dificil ya porque me quedan cuatro años de trabajo normal, tengo 56 años-a los maestros, a las maestras,el ministro o la ministra de Educación nos pida opinión de qué se puede hacer. Desde luego, poca esperanza podemos tener de "la clase política". Deseo que durante este año y los sucesivos podamos, los maestros, ofrecer verdaderamente algunas "luces" a una sociedad como la española que vive de espaldas a la cultura. Ejemplos como la desaparición de la revista "Bloc" o el Museo Guerrero, o...las últimas "palabras amorosas" de "nuestro monseñor Martínez" respecto a la "Toma", y podía enumerar un sinfín de barbaridades...en fin, Juan, que comparto tu dolor e indignación. Un abrazo. Jesús Amaya

Biblioteca dijo...

Comparta plenamente tu opinión, y no hay otra manera de empezar el año que con la realidad. Lo que nos rodea, a veces, me parece tan "esperpéntico" que me pregunto como podemos seguir sin hacer nada. Tal vez, voces como la tuya todavía despierten almas en proceso de anulación. Lo peor, o lo mejor, es que algunos no podemos dejarnos llevar y nos duele, incluso hasta la agonía, lo que está pasando en nuestro país.

Anónimo dijo...

Hoy llegué a tu blog por primera vez y todavía no pude entrar en tus comentarios literarios ... pero, ¡cómote entiendo! Soy argentina y tu país no tiene nada que envidiar al mío! Corrupción; desempleo (paro, como dicen ustedes); protestas sociales, con piqueteros cortando las calles y puentes; inseguridad; falta de combustibles y billetes; negociados de los gobernantes - que cada día son un poco más ricos -, etc., son palabras que pueblan los diarios día tras día. Algunos dicen que los pueblos tienen los gobiernos que se merecen: yo no creo merecerlos! Y, tal cual lo que vos relatás, Gran Hermano y otros programas similares adormeciendo los cerebros,exacerbando el morbo de los televidentes.
Ahora sí, me voy a mirar lo que escribís acerca de los libros

discreto lector dijo...

Queridos amigos:

¿Qué puedo deciros? Pienso que compartimos un sentimiento de indignación y hastío cuya expresión produce un cierto alivio pero también mucha impotencia. ¿Cómo es posible que tanta gente valiosa, consciente, sensible, vehemente, esté condenada a la tensa contemplación de la rapiña general y la mentira institucionalizada? ¿Cómo es posible que tamañas inmoralidades queden impunes y sus artífices continúen en cambio liderando el mundo? ¿Cómo es posible que esta inmensa crisis social esté incrementando el pensamiento más conservador y el miedo más primitivo? No sé qué responder. Quizá estemos en el umbral de una nueva época cuyo horizonte no vislumbramos. Pero no puedo ofrecer consuelo ni tampoco optimismo. Me siento como vosotros, descorazonado, rabioso, harto. Las palabras amistosas ayudan sin embargo a sobrellevar la pesadumbre. También alimentan la esperanza, porque sé que cada cual en su pequeño mundo resiste. Algo es algo. Gracias por dar testimonio de este sentimiento común.

Peru dijo...

Qué tristeza! NO conocía esta revista y es verdad que parece muy interesante...
Espera, pero después de tantas malas noticias... Una buena notiCia : En 2011, "discreto Lector" sigue publicando artículos muy interesantes en su blog!
:)