Cuántas veces el fulgor de lo breve nos deslumbra, nos deja pensativos. A menudo, bastan unas pocas palabras para que todo un mundo se revele, para que descubramos lo oculto o impensado. Ofrezco el ejemplo de un aforismo, un relato, un poema, un proverbio clásico, una declaración mural.
Uno podría pasarse toda la vida reflexionando sobre sí mismo, y no darse cuenta de que no lo merece.
Elias Canetti, Apuntes 1973-1984
Hoy me siento bien, un Balzac; estoy terminando esta línea.
Augusto Monterroso, Cuentos
De otros diluvios oigo una paloma.
Giuseppe Ungaretti, Sentimiento del tiempo
El saltamontes caza a la chicharra, pero olvida que le persigue el pájaro.
Proverbios de la Antigua China
15 de marzo de 2009
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2 comentarios:
¡Algunos son viejos desde hace mucho! por ejemplo los políticos de la Comunidad de Madrid y otras... Pero...a pesar de los diluvios está bien "oir una paloma" ¡La esperanza! quizá hija de la imaginacion y del .."y si..." tan humana, tan grande, tan necesaria..Esperando aleteos de bandadas de palomas hoy me complace la luz que la palabra trae. (...me siento un Angel Gonzalez, por ejemplo. He concluido este correo-blog). Besos en polvo de estrellas.
En las paredes hay escritas con frecuencia, estimada estrella, sentencias que bien merecen unos minutos de reflexión. Y también en los libros, claro. No siempre las muchas palabras hacen pensar. La esperanza más invencible y la imaginación más tersa pueden contenerse en unas pocas letras. Hagamos de ellas nuestras herramientas. Es lo mejor que podemos ofrecer.
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