Como a tantos otros, y lamentablemente a través de manos amigas y queridas, he recibido una ya célebre y probable carta de amor de una adolescente pidiendo a un amigo explicaciones por la ruptura de relaciones. Circula por la Red como un objeto de mofa e imagino que habrá originado no pocos comentarios despiadados. Reproduzco las primeras líneas de esa carta para que quienes la desconocen se hagan una idea de lo que estoy denunciando.
No tengo la intención de herir a nadie con las palabras que siguen, que están dictadas por el enojo, aunque es previsible que alguien se sienta molesto. Pido disculpas de antemano a quienes incomoden mi lenguaje y mi tono. Pero no puedo ocultar que me siento abochornado sabiendo que son profesores quienes están haciendo circular la carta de correo en correo, de blog en blog. Y a todos ellos pregunto:
¿Cómo consentimos ese atropello? ¿Cómo aceptamos como normal la vulneración de la escritura privada, más aún si la carta es verídica? ¿Cómo permitimos sin avergonzarnos que además se propague con el encabezamiento de 'carta de amor de una alumna de la ESO interceptada por un profesor'? ¿Pero qué imagen de la profesión transmitimos al difundir la carta? ¿Acaso no nos damos cuenta de que ofrecemos el rostro más cruel, más ofensivo, más denigrante de los profesores? ¿Acaso no estamos actuando como vulgares chismosos, al mismo nivel que los más vulgares presentadores de los programas basura de la televisión? ¿Con qué derecho hurtamos y publicamos un documento íntimo, tan personal e inviolable? ¿Para demostrar qué? ¿Que esa alumna es zafia e ignorante? ¿Que su deficiente ortografía y su tosco vocabulario son consecuencia de la degradación educativa propiciada por la Logse? ¿Que esos son los alumnos que ahora tienen la osadía de estudiar? ¿Por qué deberíamos burlarnos de esas deficiencias? ¿No es nuestra misión corregirlas? ¿No reparamos en que con esa actitud estamos desacreditando irreparablemente nuestra profesión? ¿Y qué queremos demostrar: que somos más listos, más cualificados, más aristócratas? ¿No somos conscientes de que la mezquindad que exhibimos al difundir esa carta es más condenable que todos los errores lingüísticos que pueda mostrar una adolescente? ¿O es que ahora, de pronto, nos hemos vuelto mojigatos y de lo que se trata es de denunciar que los adolescentes se soban y se excitan? ¿Por qué nos empeñamos en convertir la Red en un mugriento y vejatorio cotilleo? ¿Por qué contribuimos al desprestigio de las redes sociales? ¿Cómo podemos quejarnos luego de que los alumnos se mofen de los profesores en Tuenti, por poner un ejemplo? ¿Hacemos esto por venganza? ¿O por aburrimiento?
Y aún más: ¿Esa chica no es merecedora de un mínimo respeto? ¿No debería ser la comprensión más propia de los profesores que el escarnio? ¿Alguien se ha parado a pensar quiénes pueden ser sus padres, su familia, sus amigos? ¿Lograremos al menos que se gradúe o nos felicitaremos por su fracaso? ¿Estaremos más felices si averiguamos que, por fin, ha sido excluida del sistema educativo? ¿Nos sentiremos orgullosos cuando sepamos que ya está donde le corresponde, explotada en la caja de un supermercado o en una peluquería?
En cualquiera de los casos, sea por escrúpulo lingüístico o puritanismo o crueldad, me parece indecente la propagación de esa carta. Y esta protesta es extensible a todos los archivos venenosos, supuestamente demostrativos de la incultura de los alumnos, que circulan por la Red. De modo que quisiera decir que ya está bien, que debemos parar esas inmoralidades, que tenemos que ejercer con dignidad nuestra profesión. Y no me extrañaría que algunos colegas, de los que claman continuamente contra la pérdida de autoridad de los profesores, estuviesen contribuyendo a difundir esa carta u otras semejantes. He aquí una buena oportunidad para recuperar la supuesta autoridad deteriorada, pues quizá en pocos casos como éste estaría justificado hablar de degradación de la enseñanza.
2 de octubre de 2009
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15 comentarios:
Una vez más, tus palabras han conseguido emocionarme y agitarme.
Había leído la carta en varios blogs y casí ya me parecía "normal" que se publicara. Además estoy seguro que ha provocado risas y comentarios vergonzosos cuando se haya leído por las salas de profesores.
Tienes razón: es una indecencia.
Sólo un añadido: la carta es, desde luego, un retrato de su autora y de la sociedad que la acoge, pero es, más todavía, una fotografía de la calaña de quienes se atreven a difundirla. La primera será espectadora del mundo rosa, por ejemplo, pero los segundos son quienes diseñan y hacen posible ese mundo abominable. Una consume y los otros alimentan.
Un abrazo
¿Como podemos recriminar a los chicos por colgar videos en internet en que vejan y ridiculizan a otros chicos si PROFESORES son capaces de hacer lo mismo con ellos?
Estamos hablando además de personas adultas, que se supone que tienen formación, educación y un código ético.
Gracias por este aldabonazo a nuestras conciencias, cada día más abotargadas.
P.D: en mi trabajo veo muchas veces solicitudes y escritos con una redacción similar pero suelen ser de personas mayores, sin estudios. Da un poco de miedo pensar en el tipo de educación que se imparte en España.
He leído tu entrada y los comentarios que esta suscita y, aunque es cierto que es poco ético e indecente burlarse de los alumnos y colgar en la red sus barbaridades, no acabo de estar totalmente de acuerdo contigo. Yo conozco la carta a través del blog
http://apiedeaula.blogspot.com/ de Lourdes Domenech, a la que sigo desde hace tiempo. Me parece una docente muy trabajadora y realmente preocupada por la enseñanza. Al leer tu entrada no puedo dejar de pensar que muchos lectores de tu blog pensarán en ella y me parece injusto. Ella propone una actividad que yo he llevado a cabo con mis alumnos de 4º de ESO y bachillerato sin ningún tipo de remordimiento. Ahora tus palabras me hacen pensar que quizá me haya equivocado. Pero no creo que los profesores que publican esa carta o utilizan la actividad de Lourdes Domenech pretendan reírse burdamente de la alumna, ni mostrar su superioridad, ni su escándalo hipócrita por las referencias sexuales. Creo que todos estamos preocupados por el avance del analfabetismo funcional y esa carta -en la que no aparecen los nombres reales- es una muestra real y espontánea de este problema.
Un saludo.
Interesante punto de vista, pero lo que tú criticas es la interpretación perversa del texto. La publicación de la carta no me parece amoral ni creo que atente contra la intimidad de la autora, que permanece en el anonimato. Que los que lean el texto estén más atentos al contenido que a la forma sí me parece reprochable y amarillista. Pero creo que la mayoría, digo yo, se ha sentido impactado por la forma y no por el contenido. Decir lo contrario sería, por supuesto, hipócrita: por ejemplo, te aseguro que yo mismo, hoy funcionario de carrera y profesor de lengua castellana y literatura, con trece años hubiese dado cualquier cosa por "levantarle la camiseta" a alguna compañera de clase, e incluso hubiese sacrificado mi impoluta ortografía y mi elegante sintaxis por una meta tan apetitosa.
Lo reprochable del texto no es el contenido, sino la forma vil de expresarlo. Tamañas aberraciones lingüísticas merecen la desaprobación -pública y/o privada- más absoluta. Pero es cierto que es injusto echar a los leones a esta pobre niña, y que el resto estemos viendo el espectáculo desde las gradas del circo, comiendo palomitas. Cada cual deberá asumir la culpa que le toca. Yo, profesor de lengua, tendré que revisar mis programaciones de aula y analizar hasta qué punto tengo que luchar por mejorar la expresión escrita de mis alumnos, aunque esos mismos alumnos no aprendan a diferenciar un Sujeto de un Predicado.
Por todo esto, yo he publicado la carta en mi blog (de la misma manera que también lo publica http://discretolector.blogspot.com/por cierto), y sin remordimiento alguno. Siguiendo los ejemplos de otros profes que ya lo han hecho, es probable que utilice el texto en mis clases. Y si a partir de ello mis alumnos toman conciencia de la importancia de poseer una expresión escrita coherente y adecuada, desde luego habrá merecido la pena. El resto es confundir las cosas y hacer demagogia.
A mí también me ha llegado, en fotocopia. Al llegar al cuarto renglón dejé de leer. Ni una pésima ortografía, ni una expresión deplorable, ni su contenido, por muy lamentable que nos pudiera parecer, justifican el daño moral que esa chiquilla va a sufrir con el escándalo que se ha formado. Es toda una crueldad.
Yo le sugeriría a Vd. que incluso retirara la breve ilustración de este blog. Duele.
Juan,no puedo creer que en España se permita que un profesor divulgue el contenido de un ejercicio (si se trata de un ejercicio) y, mucho menos, de la carta privada de una alumna. En otros países es un delito y no lo digo metafóricamente sino desde el punto de vista jurídico. Comparto tus palabras y tu indignación. No se ayuda así a personas tan necesitadas de guía como son los alumnos. Me temo que la televisión española (templo del cotilleo y de la desvergüenza, casi tanto como la italiana)no sólo "educa" a los estudiantes sino también a algunos docentes. Me preocupa más que haya ciertos docentes con tan poca altura intelectual (si es verdad que la carta es auténtica) que una alumna con tantos problemas de ortografía. Al fin y al cabo, la alumna puede corregir la escritura con la atención adecuada, pero un docente que da voz al cotilleo y tiene una falta tan grande de pudor no tiene enmienda posible. Lamentable.
Querido Juan:
Rompo mi pudor cartujano en este mundo de los blogs porque este asunto me ha soliviantado como a ti y, por lo que veo, a tantos otros. Yo también recibí ese texto, probablemente de la misma mano amiga, pero ingenuamente nunca se me ocurrió que podría estar circulando de forma tan esperpéntica como la que refieres.
Cuando lo leí lo relacioné con otras tantas muestras como las que todos podemos ofrecer de alumnos, de compañeros o de distintas "celebridades". El descuido lingüístico o la falta de su dominio son tan generalizados como la liviandad con la que se admiten. Y eso me llevó a pensar en la necesidad de un debate sobre si es ésta una realidad que se ha producido como consecuencia de las deficiencias tanto de la educación reglada como de la social, o si de alguna forma se ha propiciado más o menos conscientemente porque se busca un modelo de ciudadano determinado.
No me preocupa tanto el hecho en sí de que la carta ande circulando por blogs y correos, sino por qué y para qué. Si se difunde como burla personal o del sistema, como reafirmación aristocrática del que está por encima, como burdo refrendo de las críticas de mesa camilla al sistema educativo es una indignidad más que incluir en este paronama actual de vacuidades. Sin embargo, si se ofrece como un aldabonazo con el que alguien en su blog, en su clase o donde sea, inicia humildemente alguna reflexión y se pregunta al menos por qué ocurre esto y a dónde nos lleva, lo alabo porque hace falta. Es la actitud intelectual con que se acerca uno a las cosas la que que puede ser admirable o reprobable, no la realidad de la que uno se ocupa.
Un abrazo. Boni.
A todo lo ya dicho, sólo una cosa más: leer un texto privado y dar publicidad del mismo es un delito. No me queda muy claro si en su origen se distribuyó con nombre real o no, si fuera así, es algo que tenemos la obligación de denunciar, independientemente de todos los análisis sociológicos, pedagógicos, morales o lingüísticos que queramos hacer... después.
Jesús, maestro en Irún
Estoy absolutamente de acuerdo contigo. Es evidente que quien exhibe la intimidad de las demás personas no es digno de ser profesional de la enseñanza.
Hace algun tiempo que llego a mi correo electronico esto, en principio no pude mas que sonreir, pero despues inconsciente de mi, solo pense que era una broma mas... ahora me quedo perplejo...
Esto es un atropello, una inmoralidad, un patinazo de un zafio, desgraciadamente ahora entramos en el saco de "lo general" todos los profesionales de la enseñanaza.
No creo que se pueda justificar de ninguna de las maneras.
¿El medico de cabecera va chascarrillo arriba y abajo diciendo que un paciente tiene esta u otra enfermedad?
¿No es suficiente con la telebasura?
Que verguenza!!!!
Un Saludo.
Estimados amigos, os agradezco muy de veras vuestros comentarios. Me parece que enriquecen un debate necesario. He considerado conveniente responder a ellos con una entrada nueva. Creo que es un asunto que merece toda nuestra atención.
Un afectuoso saludo.
No conocía la carta, ni la difusión que se le estaba dando, pero coincido plenamente contigo en que esa persona merece todo el respeto, y si su nivel cultural denota la deficiente educación recibida, subsanarla.
Si son profesores realmente quienes están difundiéndola, es a ellos, que no a esta chica, a quienes se les debería caer la cara de vergüenza, porque lo único que se demuestra es que no están realizando su trabajo adecuadamente. Porque si bien la falta de educación cívica que sufren los jóvenes en nuestros días es buena parte debida a la nefasta educación paterna, en este caso no es de otros más que de sus profesores.
Un cordial saludo.
Lamentablemente, Homo Libris, son profesores los que están propagando la carta. Ayer mismo, por puro azar, casi a la par que tu comentario, recibí nuevamente el dichoso mensaje. Y un vez más provenía de manos amigas. Sigo sin entender el comportamiento de mis colegas, por mucho que me digan que ese tipo de comentarios han existido toda la vida. ¿No va siendo hora ya de suprimirlos?
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