18 de agosto de 2009

Exige Dignidad

Amnistía Internacional ha iniciado una campaña que bajo el título Exige Dignidad pretende alertar al mundo sobre la necesidad de respetar los derechos humanos de quienes viven en situación de pobreza. La pobreza, además de penurias y frustraciones, genera otra clase de sufrimiento: la pérdida de la dignidad, como si el hecho de ser pobre llevara aparejado la suspensión de los derechos que asisten a cualquier ciudadano. Y de la misma manera que pone todo su empeño en liberar a los presos de conciencia, Amnistía Internacional quiere asimismo liberar a 'los presos de la pobreza', a quienes están atrapados en la miseria contra su voluntad. Es un modo de exigir dignidad para todos los seres humanos.



Amnistía Internacional afirma en el manifiesto de la campaña lo siguiente:

"El crecimiento económico es uno de los componentes de toda estrategia contra la pobreza, pero no puede ser el único. Las personas que viven en la pobreza deben poder reclamar sus derechos humanos y ser dueñas de su destino.

Los abusos contra los derechos humanos causan y perpetúan la pobreza. La relación entre las vulneraciones de derechos y la pobreza es evidente. Las violaciones de derechos humanos pueden generar o agravar la pobreza, y a su vez, vivir en la pobreza significa tener más posibilidades de sufrir violaciones de derechos humanos.

Para que las personas que viven en la pobreza disfruten de sus derechos, es preciso asegurar el acceso a los derechos sin discriminación, la participación de quienes viven en la pobreza en las decisiones que les afectan, y la rendición de cuentas de los que cometen abusos".

El encarcelamiento a causa de las ideas, la tortura o la pobreza son, como se ve, manifestaciones de una misma injusticia.

La campaña incluye una invitación a los ciudadanos a definir lo que entienden por vivir con dignidad. Aquí pueden leerse algunas respuestas.

Acompaño esta noticia con un poema de Rafael Alberti:

Canción 41

Tanta hambre en aquellas tierras.
Tanto hombre casi desnudo.

Bellos los campos y los mares.
Cuanto Dios -dicen- allí puso.

¡Oh, los hermosos panoramas!
Pueblos y gentes para el lujo
de esos que miran y se alejan
felices sin gritar al mundo:

¡Cuánta hambre en aquellas tierras!
¡Cuánto hombre casi desnudo!

6 comentarios:

estrella polar dijo...

Desde Cáceres a 40 grados pillo un ordenador y lo primero que hago es leerme todas tus entradas. ¡que lindo el tema de las primeras experiencias, pero ya escribiré!Esta campaña que aquí presentas me remite directamente al libro ya comentado de Michel Petit "la lectura en tiempo de crisis". La pobreza, tan cercana a veces, tan molesta de ver siempre, es una ofensa al ser humano que la sufre y una indignidad del que la ve y pasa de largo. Empujar para erradicarla tiene muchos posibles campos de intervención, y el que plantea el libro mencionado, dando "palabras que ayuden a ser" es uno de ellos. Me alegra volver a ponerme en contacto con el blog. Ardientes besos

discreto lector dijo...

No puedo ocultar, querida estrella, que me abruma tanta generosidad, tanto afecto. Aunque no sé si la lectura del blog con 40 grados es un gesto de lealtad o una temeridad. Espero que no tuviera graves efectos colaterales.

La pobreza, por lo demás, sigue siendo la gran ignominia de la humanidad, el signo más evidente del fracaso del civismo y la política. Por eso resultan tan pertinentes campañas como las de Amnistía Internacional. Por eso debemos sumar nuestras voces, aunque sean escasas y débiles.

Anónimo dijo...

Me parece una campaña con muy buenos propósitos. La pobreza le quita al ser humano su dignidad, y le despersonaliza. Y quien vive aceptando que esta exista a su alrededor, termina viendo "cosas" en lugar de personas en situaciones vulnerables.
Siempre es un placer leerte.
Ale.

discreto lector dijo...

Es verdad, Ale, que la primera condición del sentir y el actuar es el ver. Damos por tan 'natural' la pobreza que la aceptamos como a las nubes o a los árboles. Está ahí y ya está. Que Amnistía Internacional nos recuerde que la pobreza es una obra humana e introduzca la palabra 'dignidad' en ese contexto es una elemental manera de hacer ver.

l'archivadora dijo...

Coincido con Ale y con vosotros en parte. Es cierto que muchas veces la pobreza lleva a la falta de dignidad y a los abusos. En esta sociedad de la abundancia (de algunas cosas, que de otras como valores, p. ej. estamos escasos) se mide a la gente por lo que TIENE y no por lo que Es. Aún así, he visto a gente pobre que sin embargo tenía una gran dignidad.
Estoy de acuerdo con Ale en que siempre es un placer leerte; y como Estrella Polar, durante las vacaciones en cuanto tenía un ordenador a mano, procuraba leerte. Eso sí, aunque tuvimos buen tiempo por el norte estuvimos bastante lejos de los 40 grados.

discreto lector dijo...

Una de las cosas que más me enfurecen, Lammermoor, es la negación tácita de derechos a las personas que carecen de dinero o estudios, así como la adjudicación inmediata de derechos a los potentados y a los cultos. Pero más insoportable aún es la autoconcesión de privilegios por el mero hecho de ser rico o haber pasado por una universidad. Si de algo sirven los buenos libros es para dar noticia de los invisibles o ignorados. Por eso quizá nos gusta leer.

Y repito lo que otras veces he dicho: confundes mis palabras con tu inteligencia. Gracias de todos modos.