17 de mayo de 2009

El rastro de los afectos

La gentileza de muchas personas que aman la lectura me permite hablar y leer en lugares donde los libros poseen reconocimiento y amparo. Con esas experiencias, y con las palabras y los sentimientos de tanta gente generosa como he conocido, voy tejiendo la malla de afectos que, como la yedra, va lentamente recubriendo mi vida. Ése es el don más valioso que puede recibir alguien apasionado por hablar de literatura y lecturas ante las personas más diversas, en los espacios más dispares. Y es muy raro que, al cabo de un viaje, regrese a casa sin algún testimonio material de mi paso por esos lugares. Esos objetos, que son puras demostraciones de afecto de los anfitriones, los suelo colocar en los bordes de las baldas de la biblioteca, próximos a los libros a los que, en parte, fue debido el viaje, como una forma visible de recuerdo.

Me atrevo a hacer públicos algunos de los que, en las últimas semanas, han accedido a las estanterías o se han acomodado cerca de ellas, como muestra de gratitud a los donantes.

(Fui al IES San Felipe Neri, en Martos (Jaén), a hablar a los alumnos sobre la literatura y las emociones que genera, y al final me regalaron un bonsái de olivo, con la particularidad de que en la maceta de barro que lo contiene está grabada una frase sacada de un libro mío. Es uno de los regalos más sorprendentes y delicados que jamás he recibido. Gracias, Pepa)

(En el Aula Magna de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid recibí el día 23 de abril el Premio Telémaco 2009, en su modalidad de libros de divulgación. En su día agradecí públicamente al jurado la concesión del premio, a la Cátedra Telémaco, que dirige Jaime García Padrino, las magníficas iniciativas emprendidas, y a la Fundación SM, en la persona de José Luis Cortés, el sostenimiento y la promoción de las actividades de la mencionada cátedra. Hoy reitero aquí aquellos agradecimientos)

(En el IES Generalife, en Granada, hablamos a los alumnos de Educación Secundaria sobre qué debe esperarse de la literatura y cómo ligar la lectura de los libros con sus propias vidas. Sobre todo, leímos cuentos y poemas, que es la mejor demostración de lo que pensamos y defendemos. Regresamos con algunos libros más en la cartera. Gracias, Matilde)

(Invitado por la Fundació Bromera, acudí a Carcaixent (Valencia) para hablar de los caminos que pueden llevar a la lectura. El mejor regalo que obtuve allí fue inmaterial. Mientras caminaba por las calles no dejaba de respirar la intensa fragancia procedente de los campos de naranjos que circundan la población. La imagen de la flor de azahar que he colocado es un modo de recordar el origen de aquella gratísima experiencia sensorial. Gracias, Josep Antoni, Beatriz)

(A los alumnos de 1º de Primaria del CEIP Juan Ramón Jiménez, en Granada, les leí algunos cuentos. Uno de ellos fue Yo, de Philip Waechter. Al acabar, y de modo espontáneo, comenzaron a dibujar sus impresiones del cuento. De entre todos los dibujos que me regalaron he escogido el de Fernanda para ilustrar el recuerdo de esa feliz visita. Gracias, Mercedes)

(Al término de la conversación que sobre la lectura y la vida mantuve con madres y padres de alumnos, profesores del centro y algunas alumnas y antiguas alumnas del CEIP Jabalcón, en Baza (Granada), una niñita me entregó una placa de barro, hecha en el propio centro, como recuerdo del acto. Estaban conmemorando el vigésimoquinto aniversario de la apertura del colegio. Yo fui parte de la celebración. Gracias, Carlos)

(Con motivo de la celebración de la IX Jornada Matemática y Física en La Herradura (Granada), que organizan el IES Villanueva del Mar y el CEIP Las Gaviotas, recibí el regalo de algunos yoyós, que este año ha sido el juguete emblema de la Jornada. Desde hace una semanas estoy colaborando con ellos en la iniciación de un club de lectura abierto a profesores, padres y alumnos. Gracias, Carmen, Secundino, Elena, Carmen, Nati)

6 comentarios:

lammermoor dijo...

Siento un poco de pudor dejando un comentario en esta entrada.
Me pareces muy afortunado al tener un trabajo tan gratificante y con el que disfrutas (esa es la impresión que percibo con la lectura de tu blog). También por esas muestras de cariño y afecto que te dan.

Juan Mata dijo...

Sí, Lammermoor, disfruto mucho. Soy feliz con mi trabajo, sigo entrando en clase con alegría. Ya sé que decir esto resulta una extravagancia en estos tiempos pesimistas, pero es la verdad. Si esa satisfacción se transmite en lo que escribo y los lectores pueden disfrutar con ella... me siento recompensado.

CarlosBE dijo...

En el cole Jabalcón disfrutamos mucho con tu visita, lástima que no hubiésemos concertado una con los más pequeños, habría sido para ellos y ellas un regalo magnífico. De todos modos no descarto la idea de hacer de provocador de ese encuentro. Gracias por todo. Carlos

Juan Mata dijo...

Carlos, para mí fue un verdadero placer participar en la celebración de vuestro aniversario. Queda pendiente una visita a los más pequeños. Un abrazo.

Margarida Costa dijo...

Porque falas de afectos e agradecimentos, não pude deixar de escolher este post para te cumprimentar pela tua belíssima conferência nas Jornadas da FGRP em Salamanca. Foi um prazer conhecer-te e ouvir o que pensas sobre a leitura, paixão que partilhamos... Foi também um gosto conhecer um professor feliz... Recomendo-te "Selma" de Jutta Bauer.
Gostei também tanto do teu blog que passarei a segui-lo.
Muchas gracias!!

Juan Mata dijo...

Muito obrigado pelas tuas palavras, estimada Margarida.

Me hace muy feliz saber que lo que uno piensa, siente y dice es tan bien acogido. La generosidad no es sólo una virtud del que ofrece sino del que recibe. Eres, desde luego, muy generosa con tus comentarios. Y me produce un gran placer encontrar pensamientos y sentimientos gemelos. ¡Qué maravilloso es poder reflexionar y emocionarse juntos!

Amo a la oveja 'Selma'. Me parece uno de los personajes más admirables de Jutta Bauer. Su felicidad es sencilla y alentadora. Y no muy distintas son las felicidades humanas. Gracias por asociarme a ella.

Estou feliz de saber que falamos a língua universal do entusiasmo.